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Mujeres Electricistas: diez años y más de mil historias para transformar el sector eléctrico salvadoreño

Octubre 9, 2025

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Un grupo grande de mujeres en uniformes de trabajo y cascos blancos, junto a algunos hombres con traje, posan frente a un escenario con el logo de "AES El Salvador" y el número "1000 Mujeres Electricistas". Las mujeres sostienen diplomas y certificados.

En El Salvador, más de la mitad de la población son mujeres, pero menos de la mitad participa en el mercado laboral formal, según datos del último Censo de Población y Vivienda. Esta realidad es aún más evidente en los oficios técnicos, donde la presencia femenina ha sido mínima.

Frente a este desafío, hace una década AES El Salvador creó el Programa Mujeres Electricistas, con el propósito de abrir oportunidades en un sector históricamente dominado por hombres. Diez años después, la iniciativa se ha consolidado como un referente regional de inclusión y desarrollo social.

Una década de logros y grandes alianzas

Desde 2016, el programa ha formado a 1,049 mujeres en 54 cursos especializados, de las cuales 1,006 han obtenido certificación oficial como Técnicas Electricistas de cuarta y tercera categoría. De acuerdo con la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), esta cifra representa más de la mitad del total de mujeres certificadas en el país dentro de estas categorías, lo que convierte al programa en uno de los principales motores de formación femenina dentro del sector eléctrico salvadoreño.

Su éxito se explica en gran medida por el trabajo conjunto con aliados estratégicos: el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), que acompaña a las participantes a través de apoyo psicosocial clave para su permanencia y confianza en el proceso; la Escuela Especializada en Ingeniería ITCA-FEPADE, que asegura una formación técnica rigurosa y de calidad, preparando a las mujeres para responder a las exigencias de un mercado cada vez más competitivo; y la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), que acredita oficialmente las competencias adquiridas de las mujeres y valida su incorporación al sector laboral como profesionales certificadas.

Esta red de aliados estratégicos garantiza que AES pueda llegar a un mayor número de mujeres para que reciban una formación técnica integral, asegurando altos estándares de calidad en la enseñanza. Además, gracias a este modelo, cada participante obtiene el respaldo institucional que le permite abrirse camino en un sector eléctrico en constante evolución.

En este sentido, el programa, además de impulsar el aprendizaje de las mujeres sobre instalaciones eléctricas residenciales, ha incorporado otras áreas de estudio técnico como la lectura de medidores, automatización de motores, sistemas fotovoltaicos y climatización (sistemas de aires acondicionados), lo que amplía sus oportunidades de inserción en industrias de alto valor técnico.

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Reconocimiento nacional e internacional

El compromiso de AES El Salvador con el desarrollo técnico de las mujeres se refleja en los más de US$ 625,000 invertidos a lo largo de la última década. Gracias a esta apuesta, el programa Mujeres Electricistas ha consolidado un modelo sólido que ha trascendido fronteras y ha sido replicado por la Corporación AES en países como Panamá, Colombia, Chile y México. Además, en septiembre de 2025, fue reconocido como finalista en los Platts Global Energy Awards, uno de los galardones más importantes de la industria energética a nivel mundial.

Para AES, este reconocimiento eleva el orgullo de las participantes y de todos quienes han sido parte de este esfuerzo colectivo.

Acelerando el futuro de la energía con inclusión

Consolidado como un referente de inclusión en el sector, AES El Salvador mantiene el compromiso de ampliar el alcance del programa y abrir más espacios para que cientos de mujeres encuentren nuevas oportunidades de formación profesional. Asimismo, el impacto de estos diez años demuestra que, con alianzas sólidas, inversión sostenida y visión social, es posible transformar barreras históricas en ventanas de oportunidad. Así, la presencia femenina crece y aporta cada vez más al desarrollo técnico, económico y social del país, marcando un antes y un después en la historia del sector eléctrico salvadoreño.

Historias que iluminan: diez años, cientos de vidas transformadas

El décimo aniversario del Programa Mujeres Electricistas encuentra su mayor expresión en las vidas de quienes han formado parte de él. Estas historias muestran cómo la formación técnica ha abierto puertas, brindado independencia y transformado realidades en diferentes puntos del país.

Tamara Chamorro: de aprendiz a empresaria

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Una mujer sonriente con gafas y un casco blanco con las letras "aes" en azul está de pie sosteniendo una caja de herramientas negra. Lleva una camisa a rayas rosas y blancas y pantalones vaqueros azules. Detrás de ella hay una pared de ladrillo parcialmente cubierta por plantas verdes y un arbusto floreciente con flores de color rosa intenso y fucsia.

En 2019, Tamara Chamorro enfrentaba dificultades personales y económicas que parecían limitar su futuro. Fue entonces cuando decidió inscribirse en los Cursos de Instalaciones Eléctricas Residenciales de AES El Salvador. “La oportunidad de AES cambió mi vida”, asegura. she asserts.

Tras acreditarse como electricista, participó en un concurso de capital semilla que le permitió fundar Electra Services, una empresa dedicada al mantenimiento, construcción y reparación de sistemas eléctricos residenciales. Con esa inversión inicial pudo adquirir herramientas, equipo especializado y un vehículo de trabajo.

> Los inicios no fueron fáciles. “A veces llegaba a lugares donde había diez hombres y yo era la única mujer. Fue difícil, pero poco a poco logré ganarme el respeto por mi trabajo”, recuerda. Hoy, su empresa genera empleo para otras mujeres, ampliando el impacto de su experiencia. “Yo sé lo que es empezar desde abajo, sin apoyo. Por eso ahora quiero ayudar a otras mujeres a empoderarse, a creer en sí mismas”, afirma con convicción.

Cesia Gálvez: una segunda oportunidad para un nuevo camino

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Una mujer con gafas, casco blanco y ropa de trabajo caqui sostiene un portapapeles verde brillante en un mercado al aire libre lleno de gente y puestos coloridos bajo toldos.

Con casco, botas y determinación, Cesia Gálvez es prueba de que nunca es tarde para iniciar un nuevo camino. A sus más de 50 años, encontró en el programa una oportunidad de reinventarse. “Aprender electricidad fue como encender una luz dentro de mí. Me dije: ‘Si los hombres pueden, yo también’”, relata.

Hoy trabaja en censos de carga en la empresa QVC, contratista de la distribuidora de AES El Salvador, AES CAESS. Su carácter extrovertido y su formación técnica la han convertido en un referente en su comunidad. “Hoy me siento útil, independiente. Ya no espero que alguien me dé trabajo, yo lo salgo a buscar con mis herramientas en mano”, afirma. she affirms.

A menudo escucha frases como: “¡Usted es la primera mujer electricista que veo por aquí!”. Su respuesta es siempre la misma: “No seré la última”. Esa convicción resume el papel que desempeña como referente de resiliencia y cambio cultural.

Karina Fernández: liderazgo empresarial en oriente

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Una mujer sonriente con casco blanco, camisa azul oscuro, pantalón oscuro y guantes grises está de pie frente a una camioneta blanca con una escalera naranja en el techo. Ella sostiene una bolsa de herramientas amarilla y negra en su mano izquierda y una herramienta amarilla en la derecha.

En 2020, Karina Fernández decidió romper estigmas e inscribirse en el curso de electricista de cuarta categoría. Lo que comenzó como un proceso de formación técnica se convirtió en el punto de partida de Aire Global Climatizado, empresa que ofrece servicios de electricidad y climatización en San Miguel.

Cinco años más tarde, Karina lidera un equipo en el que colaboran hombres y mujeres en igualdad de condiciones. “No se trata de ser mujer o ser hombre. Se trata de hacerlo bien, con responsabilidad y pasión”, sostiene. she maintains.

Su empresa ha logrado posicionarse en el oriente del país como un referente de calidad y compromiso, demostrando que el emprendimiento femenino tiene un espacio sólido en sectores técnicos. “Emprender no ha sido fácil, pero ha valido la pena. Si yo lo logré, muchas más pueden hacerlo”, asegura.

Jocelyne Iglesias: energía para salir adelante

En 2023, Jocelyne Iglesias decidió transformar su vida por el bienestar de su hijo David. Ese mismo año se acreditó como electricista de cuarta categoría y fundó J&D Servicios Eléctricos en Cojutepeque.

El inicio no fue sencillo. “Al principio, algunos clientes dudaban de mis habilidades solo por ser mujer, pero con cada trabajo realizado, demostré que mi conocimiento y calidad en el servicio no tienen nada que ver con mi género”, explica. ” she explains.

Hoy, su negocio es símbolo de superación personal y un faro de esperanza para otras mujeres que sueñan con abrirse paso en el sector eléctrico.

Krisia Fuentes: la mirada puesta en las alturas

Graduada como técnica de cuarta categoría, Krisia Fuentes sueña con convertirse en liniera y trabajar en redes eléctricas. “Estar allá arriba es como demostrar que nada es imposible. Me llena de valor, me hace sentir poderosa”, afirma.

Mientras alcanza esa meta, realiza instalaciones residenciales que le permiten sostener a su familia. “Todo lo que tengo hoy es gracias a esos conocimientos. Ahora puedo sostener a mi familia haciendo lo que amo”, explica.

Su historia inspira a sus hijos y a otras mujeres. “Quiero que otras mujeres sepan que sí se puede. Que no hay límites cuando una se propone cambiar su vida”, concluye. she concludes.

Las trayectorias de estas mujeres reflejan el alcance del Programa Mujeres Electricistas al abrir espacios, transformar vidas y demostrar que el talento femenino tiene un papel clave en la construcción de un presente y un futuro energético más inclusivo para El Salvador.

En cada generación de mujeres electricistas se observa una evolución en la percepción social sobre el papel de la mujer en el ámbito técnico. Las historias de éxito se multiplican y cada avance individual contribuye a derribar barreras y construir referentes para las nuevas generaciones. Gracias a estos logros, el acceso de las mujeres a mejores oportunidades laborales se ha incrementado, y su presencia en el campo eléctrico es ahora símbolo de innovación y progreso para la sociedad salvadoreña.