El principal reto de la iluminación eficiente, ya sea en el ámbito industrial como en espacios públicos, es migar a la tecnología LED.
Entre las ventajas y beneficios de este tipo de sistemas de iluminación sobresalen su larga vida útil, su escaso consumo y la reducción al mínimo de la emisión de calor y rayos ultravioleta. Tampoco contienen gases ni metales pesados, por lo tanto, son menos contaminantes que el resto de luminarias tradicionales, incluso en comparación con las de bajo consumo, como las fluorescentes compactas, pues llevan mercurio.
La iluminación eficiente también va de la mano del diseño urbano, a manera de aprovechar la infraestructura del paisaje urbano (pasamanos, bancas, entre otros) para instalar luminarias y no necesariamente los tradicionales postes.
En ese sentido, los urbanistas están aprovechando las superficies de los monumentos históricos para iluminar y resaltar, al mismo tiempo, el patrimonio cultural.
Tal es el ejemplo de Coslada, uno de los cuatro municipios que forman Madrid. En Coslada se ha destinado más de 7,600 puntos de luz de varias tipologías, además de bloques ópticos para las principales avenidas, parques y plazas.
Estas soluciones se adaptan a cualquier tipo de entorno urbano, al cumplir con los requisitos de eficiencia energética y embellecimiento del patrimonio histórico gracias a su diseño único.
Como resultado, se ha conseguido un aumento en la visibilidad en las calles, una reducción del consumo energético en un 70%, y una disminución de la contaminación lumínica para proteger el cielo nocturno, la fauna y flora.
De esta manera, la iluminación pública con luminarias eficientes también impacta en la eficiencia energética de las ciudades y en el ahorro del consumo energético mensual de las urbes.
A manera de ejemplo, AES El Salvador, por medio de su división Soluciones, ha desarrollado proyectos de alumbrado eficiente con tecnología LED en diferentes municipios del país, permitiendo a las municipalidades alcanzar, en algunos casos, ahorros mensuales de hasta el 60% en su factura de consumo energético, ayudando, además, a mejorar la seguridad e impulsar la actividad económica nocturna por medio del comercio y el turismo.
En la industria, por su parte, también hay impactos significativos. La mejor iluminación que provee la tecnología LED se traduce, por ejemplo, en una mejora significativa en los procesos de producción al propiciar una mayor visibilidad y seguridad en ellos.
En conclusión, el reto es ir migrando a este tipo de iluminación por todas sus ventajas y dejar atrás tecnologías antiguas que han dejado de ser eficientes y poco sustentables ni con el medio ambiente.