
La práctica de la RSE puede generar un gran impacto en la gestión de retos sociales, ambientales y económicos de las sociedades.
La Responsabilidad Social Empresarial, o RSE, ha ido evolucionando en las últimas décadas: más allá de la búsqueda únicamente de una mejora de la imagen corporativa, se ha transformado en un enfoque que prioriza el generar un impacto positivo en las comunidades y sociedades donde están inmersas las compañías.
En la aplicación de la RSE, hay desde proyectos puntuales hasta apuestas muy amplias y ambiciosas, como es el caso de Mercado Libre —multinacional de origen argentino dedicada al comercio electrónico— que le ha apostado a recuperar la biodiversidad en Latinoamérica por medio de su RSE.
En ese sentido, la compañía creó en 2021 el programa Regenera América, cuyo objetivo es apoyar iniciativas a favor de los “biomas latinos” y contribuir a combatir el cambio climático y la preservación de la biodiversidad, por medio de la financiación para la restauración y conservación de la región, que representa el 40% de la biodiversidad total del planeta.
Con este programa se espera impactar más de 6 mil hectáreas en zonas de México y Brasil, plantar más de un millón de árboles y restaurar más de 10.5 millones de árboles.
Por otra parte, en Centroamérica, se evidencia una tendencia en la agenda de las organizaciones y empresas a apostar por la adopción de criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG), lo que significa, en términos generales, profundizar en la gestión de la RSE.
En República Dominicana, por ejemplo, generadores de energía están enfocados en cambiar la matriz energética con inversiones en gas natural, mientras que la banca ha creado carteras crediticias para electromovilidad y cambio a paneles solares. En Panamá, se lanzó un protocolo de conducta empresarial responsable para el sector asegurador que contempla criterios ASG y permite un análisis de riesgos y oportunidades en sostenibilidad. Por su parte, en Guatemala, la empresa Aceros de Guatemala implementó la economía circular en la fabricación del acero.
Para el caso de España, este país ha trascendido en la manera de hacer RSE por medio de la iniciativa denominada “Empresas con propósito”, un modelo de empresa que, más allá de generar beneficios económicos, busca generar valor social y ambiental. Estas empresas trabajan para reducir la desigualdad, respetar y regenerar el medio ambiente, fortalecer las comunidades y crear empleos dignos. Países como Francia e Italia cuentan también con figuras similares.
Por supuesto, en el tema de RSE, cada país o región tiene sus retos y condiciones particulares que llevarán a las instituciones a adoptar distintos enfoques para gestionarla; sin embargo, sea cual sea, es evidente que aquellas organizaciones que la aplican y la integran como una parte fundamental en sus planes corporativos obtendrán mejores resultados en materia social, económica y ambiental, serán más competitivas y sostenibles y, por supuesto, generarán un mayor impacto positivo en sus respectivas sociedades.