La crisis por el COVID-19 ha profundizado las desigualdades de género, pues cada vez más mujeres forman parte de las estadísticas del desempleo, la informalidad, la pobreza, el trabajo doméstico y de cuidados, y en la primera línea de respuesta a la pandemia desde el sector de la salud.
Diversas iniciativas alrededor del mundo, desde hace ya mucho tiempo, vienen promoviendo la igualdad de acceso al empleo, tanto para mujeres como para hombres; sin embargo, la pandemia ha sido un factor que ha rezagado, globalmente, el acceso al empleo para millones de mujeres.
A finales de septiembre pasado se llevó a cabo la 61.ª Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en coordinación con ONU Mujeres.
En dicho encuentro, se hizo un llamado urgente a invertir en la economía del cuidado en Latinoamérica y el Caribe, con énfasis en la creación de empleos decentes para las mujeres, y transitar hacia una sociedad del cuidado para lograr una recuperación transformadora, sostenible y con igualdad de género en la región.
Sin embargo, la crisis por el COVID-19 ha profundizado las desigualdades de género, pues cada vez más mujeres forman parte de las estadísticas del desempleo, la informalidad, la pobreza, el trabajo doméstico y de cuidados, y en la primera línea de respuesta a la pandemia desde el sector de la salud.
Esto porque, aunque se observa un incremento de 2.2% en la tasa de participación laboral de las mujeres, las proyecciones para este año estiman que solo los hombres volverán a los niveles previos a la crisis, mientras que las mujeres apenas alcanzarían la participación laboral del 2008, con el 49.1%, es decir un panorama todavía en los niveles de hace 13 años.
Para ir sorteando esta situación, CEPAL presentó el documento de trabajo “Hacia la sociedad del cuidado: los aportes de la Agenda Regional de Género en el marco del desarrollo sostenible”, donde se llama a acelerar el paso hacia una justicia económica, climática y de género, y avanzar hacia una sociedad del cuidado que priorice la sostenibilidad de la vida y el cuidado del planeta, entre otras garantías.
Por otra parte, la industria de aviación, gravemente impactada por la pandemia, busca hacer su parte en el acceso al empleo de primer nivel para más mujeres en su sector. Un ejemplo emblemático es el de Copa Airlines, que se sumó al Compromiso 25 para 2025 de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), una iniciativa voluntaria a nivel mundial del sector de aviación para mejorar la representación femenina en la industria.
Este compromiso se realizó en el marco de la presentación de “Eleva”, el programa de iniciativas de diversidad e inclusión de la aerolínea panameña, cuyo objetivo es fomentar una cultura que respete, valore e incluya la diversidad, al promover que todos sus colaboradores sientan que pueden crecer y tener éxito.
Las líneas aéreas y empresas que se unen voluntariamente al Compromiso 25 para 2025 de IATA se comprometen a aumentar hasta en un 25%, para 2025, la representación femenina en puestos directivos, gerenciales y en áreas donde las mujeres tradicionalmente están subrepresentadas.
La labor es ardua en el tema de la equidad y la pandemia rezagó muchos de estos avances, pero ejemplos como este permiten ser optimistas de que se está transitando por el camino correcto, dando pasos firmes para una mayor inclusión de las mujeres en puestos de trabajo de primer nivel.